Glenn Close como "La Esposa"
Fotograma de la película "La Esposa"
Björn Runge dirige a Glenn Close en la película "La Esposa" (2017). En la cinta, ella es Joan Castleman, una mujer que comparte su vida hace más de cuatro décadas con Joe Castleman, un escritor americano que gracias a su trabajo sostenido y creativo en la literatura, recibe el premio Nobel. Su familia, además de la pareja, está conformada por un hijo que también escribe literatura -al parecer ya tiene algunos cuentos cortos-, y por una hija que en el tiempo en el que transcurre la película, tendrá su primer hijo. Todo inicia la noche anterior a la recepción de la llamada desde Estocolmo: la pareja de Joan y Joe experimenta un momento de mucha ansiedad; están preparados para recibir la llamada con el anuncio, pero si esta no ocurre -por lo menos como lo dice Joe-, todo continuará como siempre ha transcurrido en sus vidas. ¿Pero cómo transcurren sus vidas? La llamada ocurre: Joe Castleman es el nuevo premio Nobel de Literatura.
Es entonces el rostro de Glenn Close el que nos anuncia que en todo caso, esta historia no es la historia de un escritor encerrado muchas horas, persiguiendo las frases y rompiendo las palabras para que estas digan lo que él está buscando expresar. En todo caso, esta historia no es la verdadera. La versión que se presenta en el viaje a Estocolmo y a todos los hombres -en su mayoría, no hay muchas mujeres por estos escenarios- que se involucran con el escritor y el anunciado premio, es la de un hombre dedicado a su oficio por muchos años, acompañado por una mujer que, siempre a su lado -porque ella no escribe-, ha permitido que este se sienta acompañado y ha creado un ambiente para que este sea capaz de producir su obra de creación. Así lo comunica ante todos la noche de la velada de la entrega de premios. También hace otras cosas: coquetea con una joven fotógrafa, hace algunos chistes -todos malos y flojos-, desprecia la obra de creación del hijo y se jacta ante los demás de sus capacidades literarias -que entre otras cosas, son aseguradas por el premio-. Pero es el rostro de Glenn Close el que nos comunica que todo lo que está pasando en el transcurso de esos días es una farsa, una parodia que, a los ojos de ella, no da risa: es más bien insoportable, insufrible por un tiempo más.
Ella se encuentra perpleja; por momentos preocupada; al fin, furiosa: ¿pero furiosa con quién? creo que con ella. En el pasado dependió de un hombre para sentirse segura, creyó en el amor como continente tranquilo para resguardar las propias ansiedades; y no solo eso; entregó su propia capacidad, su propia potencia creativa al servicio de un otro que supo adueñarse de esta hasta el punto en que ni siquiera, y por palabras de ella, semejante entrega fuera únicamente su decisión: "es nuestro acuerdo", "es nuestro secreto", "no somos malas personas", repite Joe Castleman una y otra vez. Yo fui la que al final, salí de la película brava: preguntándome incluso por mí y cierto lugar de abnegación, cierto sometimiento que considero que a veces permito sobre mis propias capacidades, cierto lugar cómodo al que acudo cuando me siento ansiosa y quiero simplemente resguardarme, olvidando yo misma aquello que considero más importante para tomar el primer suspiro todas las mañanas y ponerme de pie un día más.